almibar de hombre

Wednesday, September 12, 2012

Poesía que resiste el stress térmico, Pochito. Ahí metí unas correcciones ortográficas y unos signos de puntuación, si te gusta copiá y pegá. Abrazo, papá.

¿Cuánto más resistirá este blindex 
la cantidad de cascotazos que recibe?
Hablamos de resistencia al impacto,
no de cardiovascular, ¿ok?
Yo tolero,
sé de toneles,
uso remeras que dejan ver el ombligo que Dios me dio
y en una época de mi vida practiqué la tauromaquia.
El blindex tiene cierta flexibilidad:
resiste, absorbe puntas y aristas,
superficies menores
privadas de pulido.
Es eso lo que deja que flexione,
así que no abuses con las piedras.
Volcate al limpia vidrios,
promové lo luminoso.
Si de que corra aire hablamos,
abrí una ventana,
pero no rompas más los vidrios.
En mis épocas de torero,
entendí fácilmente la mecánica:
se agita una capa roja
enfundado en un tailleur,
dejando ver la media,
apostando todo a lo certero del esquive.
Ese animal no perdona
y hay que hablar de tres cifras
cuando lo sometemos a la báscula.
A eso hay que sumarle la velocidad
y la furia sanguínea.
Mejor bajá la ventanilla,
a ver si entendés.
Los blindex no tienen cintura.
La era de piedra quedó atrás.
Dejemos los cascotes para hacer el contrapiso,
construyamos desde los cimientos.
Le faltan pulmones al lobo para derribar esto.
no tiene posibilidad.
Y mucho menos,
la capacidad de untar una tostada
con dulce de bondiola.

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